Jueves 18 de Diciembre de 2008
18:49
AFP
WASHINGTON.- Un científico británico especializado en robótica reclamó el jueves en la revista Science la instalación de normas internacionales para un uso ético de los robots, en medio de preocupaciones por el terreno que han ganado en tareas que usualmente atañen a los humanos.
"Nos tomó por sorpresa la explosión de internet y sería una buena idea que esto no se reproduzca con los robots. Es preferible que establezcamos normas éticas ahora, antes de que se extienda el uso masivo de robots", precisó Noel Sharkey a AFP.
Sharkey, profesor en inteligencia artificial y robótica en la Universidad de Sheffield, en Gran Bretaña, explica que el papel cada vez más importante que han asumido los robots en la vida diaria, plantea a los expertos la cuestión del control de su utilización.
Por ejemplo, "hay ya al menos 14 empresas en Japón y Corea del Sur que desarrollaron robots capaces de ocuparse de los niños. La cuestión es saber si esto conducirá a una desatención" de esos niños, dijo.
El científico cuestiona que los robots se hagan cargo de "personas vulnerables", como niños o ancianos, y puso como ejemplo las máquinas que dan de comer a los enfermos como el robot japonés "My Spoon" (mi cuchara).
Los padres podrían incluso confiar a estas máquinas el cuidado de sus hijos remplazando a las niñeras de carne y hueso. Sharkey considera que esto "podría constituir una experiencia divertida y estimulante" para un niño, si "la frecuencia del robot" no es demasiada.
"Pero desconocemos el impacto psicológico que puede producir el hecho de dejar que los robots cuiden a los niños durante largas horas", explicó al agregar que en experiencias con monos se obtuvieron resultados inquietantes.
Los jóvenes monos cuidados por sus madres sustitutas resultaron "incapaces de comunicarse con otros monos, o de reproducirse", destacó.
El profesor señala que las ventas de robots aumentaron de forma considerable desde principios del siglo XXI, alcanzando cerca de 5,5 millones de 2008. En paralelo, el precio cayó y hoy valen un 80% menos que en 1990.
En consecuencia los robots "tendrán un lugar sin precedentes en nuestras vidas", afirmó, destacando su temor de que, en ausencia de normas éticas fijadas por instancias internacionales, las decisiones respecto a su uso se dejen en manos de militares, industriales o padres muy ocupados.
Para el científico, que estudia el tema desde hace 30 años, esas normas son compatibles con la utilización de robots, de los que es un ferviente defensor: "Siempre he subrayado las ventajas que los robots podían aportar en tareas peligrosas o en medicina".
"No me preocupa que los robots puedan tomar el control de los humanos. Son máquinas sin cerebro, hechos de computadoras y sensores, que no piensan por sí mismos, a pesar de lo que se pueda ver en la ciencia ficción", afirmó.
"Esto es lo que me preocupa, no los robots en sí, sino el uso que hacen los humanos de ellos".